domingo, 25 de junio de 2017
Medellín, junio
de 2016
Por : Hernán Gaviria Quintero MD[1]
La Universidad en sus principios generales, orienta
sus esfuerzos hacia la consolidación de un centro de cultura y de ciencia, que por
su naturaleza mantendrá una responsabilidad con la sociedad, a la cual se debe,
en su compromiso de la búsqueda de
nuevos conocimientos y de soluciones a los problemas de la sociedad. En esos
principios, están la EXTENSION que “
expresa la relación permanente y directa
que la Universidad tiene con la sociedad, opera en el doble sentido de
proyección de la Institución en la sociedad y de ésta en aquella; se realiza
por medio de procesos y programas de interacción con diversos sectores y
actores sociales, expresados en actividades artísticas, científicas, técnicas y
tecnológicas, de consultorías, asesorías e interventorías, y de programas
destinados a la difusión de las artes […]. Así la Institución cumple una de sus
funciones principales; para ello, sus egresados, como expresión viva y actuante
de la Universidad en la sociedad, juegan un papel central”[2]. De esta
manera la PARTICIPACION del egresado la entendemos como” el derecho de participar en forma individual o colectiva en la vida
institucional, mediante los mecanismos consagrados en la Constitución, las
leyes y las normas de la Universidad”[3], donde
nuestra presencia en los Consejos de Facultad, la hacemos bajo el supuesto de
participar en una política pública, con una visión gerencial, es decir mirando
el entorno; la proyección de la universidad con la sociedad y de ésta con la
universidad.
Los Consejos
Académicos, en particular el de la Facultad de Medicina, su dinámica pareciera
estar orientada al manejo de los detalles o de lo que llaman los teóricos de la
gerencia, las soluciones empresariales existentes. Así se puede deducir de las
llamadas Agendas a través de las cuales se convoca al Consejo de Facultad, donde precisan solo detalles administrativos por
informar o para decidir, con excepción del punto relativo a los informes del
señor Decano y de los representantes profesoral, estudiantil y de los
egresados. De esta manera, el espacio de los participantes, está limitado a
informar sobre gestiones o tareas, mas no para abrir debates o propuestas.
La participación
del egresado, por lo menos, debe ser mirada desde la perspectiva gerencial; los
detalles de la vida académica de la facultad deben ser controlados o dirigidos
por los implicados directamente. Al egresado le corresponde la interpretación
de las condiciones y necesidades del medio externo, de esa relación directa de
la universidad con la sociedad en lo atinente a la renovación, la trasformación
y el cambio como presupuestos de la supervivencia.
De esta manera,
el Consejo de Facultad debe facilitar los espacios para este tipo de
participación, con una Agenda especial y periódica, para el debate y
orientación de estos asuntos; liderada por el Decano con una visión gerencial,
que supere esa mirada interna y que permita avanzar en un nuevo modelo abierto
y participativo. Los cambios en lo
social, económico, tecnológico, político, cultural, medio ambiental, son de tal
magnitud y rapidez que sería imposible ignorarlos y que sería imposible
concebir una universidad al margen de los mismos.
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