DE EL SAN VICENTE DE PAUL A LA IPS UNIVERSITARIA
Medellín, Agosto de 2016
Por : Hernán
Gaviria Quintero MD
Quienes trasegamos en las áreas de
docencia, investigación, gerencia o administración de servicios de salud, algo
tenemos para opinar de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y
sus campos de prácticas; como complemento a los debates académicos que
necesariamente se deben realizar en el contexto universitario.
Somos la generación de médicos con
el Hospital San Vicente como referente. Allí donde al paciente se esculcaba minuciosamente
por todas partes en búsqueda del menor signo, mientras hoy desesperadamente por
lo primero que se le indaga es por su asegurador; al paciente dábamos espera
para todos sus relatos en procura de captar todos sus síntomas; hoy no tiene
derecho sino a responder a los campos de la historia sistematizada. Tuvimos amplios arsenales terapéuticos, diagnósticos
y acompañamientos de cualquiera de las especialidades; ahora tan solo están los
dictados restringidos de los Planes de Salud y las muchas trabas de las
remisiones o interconsultas. Las reuniones de análisis de casos y
complicaciones, fueron reemplazadas por “ Junta médico-quirúrgica” ( Art.51
Resolución 5261/94) con derecho a que cada uno de sus asistentes haga la
facturación correspondiente. El “taxímetro hospitalario” debe marcar desde el
ingreso a la salida del paciente. Sus consumos y actividades son objeto de
supervisión por parte de una legión de auditores ex ante y ex post . Bastante
dificultad soportó el Hospital San Vicente para asumir los dictados de la
eficiencia, la calidad, la libre elección, la costo-efectividad, como
estribillos o principios de la racionalidad. El incumplimiento de pagos por
parte de los aseguradores, en especial el Departamento de Antioquia y el alto
volumen de glosas a finales de los años 90 lo tuvieron al borde del cierre.
Hasta que aprendieron a seleccionar sus “clientes” y con rigidez marcial a devolver enfermos de
“aseguradores malapaga” o que no tenían capacidad de pago por anticipado. Este
panorama descrito en unos cuantos ejemplos, dejó a distinguidos profesores,
residentes, internos y estudiantes “ medio atolondrados” y con el dilema “ que
hacer”. Entre tanto el Hospital se adecuó a las condiciones exigentes del
mercado y montó su propia estructura gerencial o administrativa por todos sus
rincones. La Facultad de Medicina empezó a estorbarle. En su Visión y Misión,
como estrategia empresarial figuran la investigación y la innovación, en gran
parte logradas, si los pacientes la pagan superando previamente la lucha en estrados judiciales con la acción de tutela o
las demandas.
Surgió en 1998 la IPS
UNIVERSITARIA, dentro de los cánones de la Ley 100 con la llamada figura de
“las adaptadas” ( Entidad Administradora de Planes de Beneficios – EAPB- ) que
quiso desarrollar la Universidad de Antioquia para sus funcionarios y docentes.
No fue su intención “ darle la mano” a la Facultad de Medicina en su “
desamparo”. Por razones operativas y de
costos fue ventajoso abrir campos de prácticas desde sus inicios. En febrero de
2007, cuando el gobierno dio la estocada final al ISS como EPS, recibió la
Clínica León XIII. De inmediato se vio obligada a replantear sus esquemas tales
como su misión “comprometida con la
investigación, la extensión y la docencia” y en su visión “será la red de servicios de salud preferida por los usuarios,
principal centro de apoyo a la investigación, docencia y extensión de la
Universidad de Antioquia, modelo de gestión y calidad en el ámbito nacional,
con proyección al mercado internacional”. Cabe la pregunta ¿ será posible
con las rigideces del modelo, que la IPS UNIVERSITARIA abra sus puertas para
que la Universidad desarrolle sus propósitos docente-asistenciales e
investigativos, tal como los adelantó por tantos años en el Hospital?. Dos años
después ( ver Boletín No.8 IPS UNIVERSITARIA), presentó su balance: 2.000
nuevos puestos de trabajo (vinculados y terciarizados), 4 millones de acciones,
8 mil millones de pesos de comercialización de servicios, 35 mil millones en créditos
a FINDETER para reforzar la estructura de la clínica y algunas investigaciones
de racionalización, mas no de innovación, de su práctica médica. Recientemente
( marzo 31) se inició el estudio “ Análisis
de competencia de la Clínica León XIII” para conocer la oferta y demanda de
los servicios de alta complejidad en el área metropolitana. Basta con ingresar
a los portales de las demás Clínicas (Cardiovascular Santa María, Pablo Tobón,
San Vicente de Paúl, Hospital General de Medellín, Las Américas, Las Vegas,
Medellín) y andan en lo mismo. Salvo que el San Vicente, el de “ una vida entera por la vida” se adelantó con su proyecto, difícil de
competir, con su zona franca permanente especial en el municipio de Rionegro en
aras de internacionalizar y segmentar el
atractivo negocio de la salud.
UNISANITAS, de la Fundación
Universitaria Sanitas y de la EPS SANITAS, respaldada por la multinacional “
Organización Internacional Sanitas” tiene su propia facultad de medicina( ver http://www.unisanitas.edu.co/ ),
seguramente muy distante de aquellos propósitos que por mas de un siglo
inspiraron a “ medicina de la U.de A.”. Dice que su enseñanza “está basado en las nuevas tendencias
educativas para el siglo XXI y reconoce os cambios demográficos, sociales y
económicos de las poblaciones para formar profesionales reflexivos y autónomos”, para lo
que cuenta con un “ Complejo
Multifuncional Avanzado de Prácticas y Simulación – CMAPS –“ para procesos
de aprendizaje en ambientes de imitación cercanos a la vida real. ¿ Cómo les
parece?. Lo dejo a su suspicacia amable lector. ¿ Cuál será el prototipo del
médico que entregarán?: “propenderán
por la actualización permanente a través de la investigación, estando así, en
capacidad de responder a los retos que exige el sistema en gestión de alto
nivel”, es decir el mercado y la eficiencia en términos de producción
de bienes y servicios.
Luego los caminos por recorrer de
las nuevas generaciones médicas y los que recorrimos nosotros son muy
diferentes. Cabe la pregunta ¿ recorre la facultad de medicina de la
Universidad de Antioquia, su permanente camino por la modernidad?. Recomendaría
el libro “ La modernización de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Antioquia 1930-1970” de Adolfo León González Rodríguez, para abrir el baúl de
los recuerdos y desatar nostalgias.
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